El libro Huaco retrato es una novela que podríamos catalogar de autoficción. Esta novela es de Gabriela enerl; Gabriella Weiner, peruana de nacimiento, radica ahora en España. Ella es una escritora y periodista y ha trabajado en periódicos muy importantes en la capital de Lima.
Gabriela Weiner juega con el personaje llamado como ella, Gabriela, que no necesariamente tiene que ser ella, aunque este personaje tiene mucho de su vida personal. Gabriela Weiner, de descendencia europea pero con también sangre andina, nos cautiva con una exploración del personaje de la novela muy íntima. Reflexionando sobre su pasado y su legado en un mundo lleno de racismo y sociopatriarcal.
Este no es un libro cualquiera; este libro rompe esquemas de todo tipo. Este libro navega por muchos temas controversiales, los cuales dan una sensación de que lo que busca la autora en este libro es que entremos en debates. Busca la reacción de sus lectores entre temas raciales, coloniales, de identidad, de sexualidad.
Quiero hacer una breve descripción de lo que es un huaco retrato. Un huaco retrato son unas vasijas de cerámica que tienen forma de cabeza humana. Pertenecen a la civilización llamada mochica en el norte de Perú. Estas cerámicas representan un arte realista de los rostros de los pobladores de entonces en los años 100 hasta el 800 D.C.
En el libro, Gabriela se va a un museo de arte en París para ver la colección de arte de su tatarabuelo. Ella se ve reflejada en las vitrinas con los personajes de piel marrón que están en exhibición.En este museo ella hace una narración muy cinematográfica al encontrar una tumba sin la momia de un niño. Ella se ve atrapada con su sombra sobre el cristal ocupando el lugar del niño. Esto me pareció una escena de película donde hay movimientos de cámara.
En estas primeras páginas del libro encontré un reconocimiento de heridas internas, de rabia internalizada, llena de impulsos de inconformidad.También en la lectura notamos cómo a ella le da vergüenza ser relacionada con su tatarabuelo, ya que siempre a sus amistades les decía que el tatarabuelo era un huaquero internacional.
Ella da una breve descripción del concepto de huaquiar, que es una forma de violencia. La cual estoy muy de acuerdo, ya que huaquiar es la extracción y apropiación de patrimonios culturales sin ninguna afiliación científica , sino solo capital.
Gabriela tiene que regresar a Lima porque su papá estaba mal de salud, pero no alcanzó a darle su último adiós. El padre de Gabriela tenía doble vida, dos familias. Gabriela tenía una hermanastra. Las dos sabían del secreto del Padre. En el libro Gabriela cuenta que el padre una vez le comenta: “Hija, si en mis tiempos hubiera existido la poligamia…”.
Gabriela aquí ve a su padre como un hombre de poder, que tiene dos mujeres, dos familias, sin importarle las consecuencias que le pueda ocasionar a los miembros familiares. El padre actúa como el macho, el padre ausente, en un tono patriarcal.
A Gabriela le interesa más el tatarabuelo austriaco escritor que el tatarabuelo huaquero. La familia de Gabriela siempre ha estado orgullosa de llevar el apellido Weiner y ella, en constante búsqueda sobre su identidad, se interroga el porqué.
En el libro de Charles Weiner se relata cómo el tatarabuelo de Gabriela pudo comprar un niño y llevárselo a Europa como si fuera un huaco a exhibir o algo exótico que hay que ulturizar. Esto le disgustó mucho a Gabriela; era algo que la familia callaba o no sabía. Esto es un acto muy inhumano de superioridad. Aquí de nuevo vemos un sistema de poder. El tatarabuelo conquistador.
Gabriela dice: “Todos tenemos un padre blanco, Dios el blanco, o nos lo hacen creer; los colonos son blancos, la historia es blanca y masculina”.
Aquí nuevamente con el drama de la colonización, cuando nos ven a los mestizos latinoamericanos como aquel niño en el museo de arte de París, perdido, o como aquel niño que Weiner compró para culturizarlo.
En Perú, el racismo era muy imponente en los 80’s y 90’s y Gabriela tuvo que sobrevivir a la sociedad blanqueándose al lado de su padre. El libro de Huaco también habla de realidades sociopolíticas de esa época, como los movimientos de izquierda, y en ese entorno como se conocieron los padres de Gabriela.
Grabiela, ahora viviendo en España, se ve envuelta también en su condición de inmigrante (sudaca) así es como nos llaman a los sudamericanos de forma despectiva. Cuestiona ella su identidad sudada, chola (así nos llaman a los mestizos en Perú con aspectos más indígenas) y su identidad intenta disimularla con su apellido blanco Weiner.
En la lectura encontramos que Gabriela era feliz en una relación polígama, con su esposo y su novia. Es por esto que el padre de Gabrielea le comentó aquella vez a su hija sobre la poligamia. El esposo de Gabriela es peruano también como ella, pero la novia es española.
Una pregunta que me hice y me dio curiosidad para leer más de esta novela es si la esposa española, Blanca, va a pasar a ser el rol de su padre para que pueda grabarla andar ahora por Europa al lado de una mujer blanca.
Gabriela siempre fiel a los dos y los dos también a ella, hasta que conoció a una persona de su ambiente intelectual, mucho más joven que ella, en su viaje a Perú. Ella tuvo una relación intensa con este joven y eso le gustaba mucho, al punto de querer agregarlo a la relación de 3, de manera ficticia o no, pero navegaba esa idea en su mente.
Gabriela quería una relación estable con sus parejas con ética, reglas y honestidad, pero Gabriela jugaba con la doctrina de la infidelidad. Ella no se estaba dando cuenta de que se estaba convirtiendo como su papá y su tatarabuelo.
Este libro no tiene una norma establecida y lo hace muy interesante; el vaivén entre la modernidad y la colonialidad internalizada nos hace reflexionar. Como rompemos esquemas o esos patrones de poder nosotros mismos.