En La mujer sin cabeza, me gustó mucho cómo, como espectador, sientes esa inquietud y tensión que Verónica experimenta tras el accidente. Su estado de shock es tan fuerte que casi lo vivimos con ella. Además, me llamó mucho la atención cómo ella decide irse de la escena y dejar el cuerpo, como si esa vida no importara. Esa desconexión muestra lo profunda que es su distancia con la realidad social y con la comunidad que la rodea.Me parece que la atmósfera inquietante de la película refleja muy bien ese estado interno de Verónica, esa lucha entre enfrentar lo que hizo o huir de ello. La culpa la persigue, pero su negación la aleja de la comunidad y la hace sentir sola
Deborah Martin, en su texto “La mujer sin cabeza: Haunting and Community”, habla de cómo la película usa el concepto de haunting, o estar “embrujada” por algo invisible como la culpa y el miedo. Verónica está atrapada en ese peso de culpa, aunque intenta negarlo y alejarse de las consecuencias legales que debe enfrentar. Esta culpa no solo la afecta a ella como individuo, sino que también afecta su relación con los demás, dejándola aislada.
Al final, La mujer sin cabeza no solo muestra un accidente, sino que nos invita a sentir la tensión de la culpa y la desconexión. La idea de haunting de Deborah Martin me ayudó a entender mejor cómo la culpa puede ser un peso invisible que afecta nuestras vidas y relaciones. La película me dejó pensando en lo difícil que es enfrentar nuestras acciones, que facil es deshacerse de ellas cuando se goza de medios economicos, amistades en gobierno y en cómo la falta de conexión con otros puede aumentar la sensación de soledad.