Kellyse Chen Zheng
La película, También La Lluvia, dirigida por Icíar Bollaín, explora la complejidad de la colonización y la explotación tanto en el pasado como en el presente. Al principio de la película, el cineasta Sebastián y su equipo de filmación, para ahorrar más dinero y presupuesto, comenzaron a contratar actores bolivianos con salarios bajos para crear una película histórica basada en el primer viaje de Cristóbal Colón. Más tarde, contrataron a un hombre, Daniel, para interpretar el papel de Hatuey. Y al mismo tiempo, Daniel es un miembro clave que lideró las protestas por la crisis del agua local en Bolivia. La película entrelaza hábilmente las luchas del pasado con las injusticias actuales, centrándose particularmente en el control de los recursos que continúa afectando a los pueblos indígenas. En minuto 50:00, pudimos ver la inmensa resistencia del pueblo contra la privatización del agua. Cuando Sebastián y Costa se dan cuenta de que Daniel, el líder de la protesta, es uno de los principales alzados en la voz, se enfadan. Pienso que el enfado de los cineastas es un símbolo de su incomodidad por verse obligados a afrontar las implicaciones de su trabajo y su papel en la perpetuación de los desequilibrios de poder. Esta escena pone de relieve el dilema ético al que se enfrentan los cineastas. Están divididos entre sus objetivos artísticos y la innegable realidad de las luchas sociales que los rodean.